El año viejo llega a su fin con más o menos agotamiento.
Añoramos una renovación de vida que nos dé fuerzas e inspiración.
Hemos visto los grandes retos de este año, y el pesimismo general con respecto al futuro está creciendo igual que la oscuridad del invierno…
Aún así, con mucha ilusión en el corazón, sacamos la decoración de Navidad y esperamos estas fiestas…
Y ahí está esa añoranza de un renacimiento interno que nos haga vivir una vida más plena de sentido…
Para algunos, acaba ganando la tristeza de recordar a seres queridos que ya no están, o la nostalgia de esa ilusión que teníamos siendo niños, esa cálida sensación de hogar feliz que hoy echamos de menos.
Por otro lado, es fácil dejarse llevar por la vorágine de las fiestas, el bullicio, los regalos, las comidas y los encuentros sociales, la preparación y las compras, el estrés…
Y así, el tiempo pasa volando. Enero llega demasiado rápido, con unos kilos de más, una sensación de vacío en el corazón y la vuelta a la cruda realidad de la vida cotidiana…
Nadie nos ha enseñado cómo preparar un espacio interior para hacer posible el encuentro con el Niño divino que nos puede transformar.
Según muchas tradiciones y experiencias, durante las 12 Noches Santas que transcurren entre la Navidad y el día de los Reyes Magos o Epifanía, el cielo está más abierto que nunca.
Tenemos la gran oportunidad de concebir los mejores impulsos que quieren nacer y realizarse durante el nuevo año que va a empezar.
Cada día corresponde a la cualidad de un signo del zodiaco y a un mes concreto del nuevo año.
¿Cómo podemos preparar este espacio?
Para que nazca un nuevo ser, un nuevo impulso, siempre hace falta un cuerpo que lo acoja. Por eso, empezamos cada día con un trabajo corporal diferente, más suave o más intenso.
Establecemos una relación amigable con nuestro cuerpo, la postura, la respiración, el sistema nervioso, soltando tensiones y estirando, según la cualidad concreta del signo de cada día.
A continuación, tendremos un acercamiento meditativo a la cualidad de cada signo y su potencial.
Y como broche final, entramos en el lenguaje visible e imaginativo de la Euritmia con sus gestos para cada signo y las consonantes correspondientes.
Estos 12 días son como subir a lo alto de una montaña y disfrutar de una vista panorámica del camino que tenemos por delante: los 12 meses del año que viene.
El material del curso te servirá además de extracto y de guía, a la que seguro que querrás volver a recurrir una y otra vez durante todo el año para recordar estos impulsos, para hacer lo que tal vez no te haya dado tiempo en estos días, para descubrir cada vez un aspecto nuevo.
Si quieres que esta Navidad sea un tiempo de gracia, que deje una huella profunda en tu vida, que te sostenga incluso durante los momentos más difíciles que puedan llegar el próximo año, te invitamos a darte este regalo y hacer con nosotros el viaje de descubrimiento por el zodiaco.
O tal vez, decidas hacer el regalo de Navidad de este curso a una persona especial.
¡Imagina cómo te gustaría sentirte en enero, después de haber recibido no solo tu regalo de Reyes, sino los 12 dones que estas Noches nos brindan, y un cuerpo que se sienta lleno de vida y que te los irá recordando en tu día a día!
Con ganas siempre de iniciar un nuevo encuentro y vivenciar las energias zociacales que se estan moviendo. Ha sido un descubrimiento personal y un trabajo profundo en el que mes a mes puedes poner más conciencia en las energias que se estan moviendo y sentir bien ese arquetipo, un trabajo de armonia, de gran sensibilidad y de autoconocimiento. Gracias por transmitirlo tan bien Katja. Gran maestra.
